Fui a tu exposición, de hecho, fui el día de la inauguración, una tarde en la que ocurrieron muchas cosas. Ese fue un viernes lleno de recuerdos. Las imágenes de mi hermana y la ciudad se mezclan con las de la lluvia y un paraguas cada vez más deshecho y roto y bello a su manera, y mi mejor amiga, y el frío, y tus cuadros. No sé cómo analizar ese tipo de experiencias, y mucho menos emitir opiniones doctas y deslumbrantes. Para mí, todo se reduce a veces a sentirme conmovida, o no. Frente a tus cuados me sentí conmovida. Lo mismo pasa en tu blog, aunque haya que ver las imágenes a través de la pantalla de la computadora, y no sea lo mismo. Ojalá pudiera decir cosas brillantes, pero no puedo, me pasa que en realidad, veo tus cuadros y me quedo callada, y lo que sea que ocurre, no ocurre verbalmente. Así que mejor, breve y sin palabras, sólo te quiero dar las gracias. Muchos mundos llegan a la ventanita de mi computadora, y cuando llego al tuyo, un aire lluvioso, una sensación de tristeza, un hoyito en la panza, un temblor en los ojos, una oscuridad breve y aguda entran a esta oficina, que se supone que también es el mundo, pero se siente a veces muy lejos del mundo.
1 comment:
Fui a tu exposición, de hecho, fui el día de la inauguración, una tarde en la que ocurrieron muchas cosas. Ese fue un viernes lleno de recuerdos. Las imágenes de mi hermana y la ciudad se mezclan con las de la lluvia y un paraguas cada vez más deshecho y roto y bello a su manera, y mi mejor amiga, y el frío, y tus cuadros. No sé cómo analizar ese tipo de experiencias, y mucho menos emitir opiniones doctas y deslumbrantes. Para mí, todo se reduce a veces a sentirme conmovida, o no. Frente a tus cuados me sentí conmovida. Lo mismo pasa en tu blog, aunque haya que ver las imágenes a través de la pantalla de la computadora, y no sea lo mismo. Ojalá pudiera decir cosas brillantes, pero no puedo, me pasa que en realidad, veo tus cuadros y me quedo callada, y lo que sea que ocurre, no ocurre verbalmente.
Así que mejor, breve y sin palabras, sólo te quiero dar las gracias. Muchos mundos llegan a la ventanita de mi computadora, y cuando llego al tuyo, un aire lluvioso, una sensación de tristeza, un hoyito en la panza, un temblor en los ojos, una oscuridad breve y aguda entran a esta oficina, que se supone que también es el mundo, pero se siente a veces muy lejos del mundo.
Post a Comment